En consecuencia, el Consejo de Administración de Visesa, celebrado el 20 de julio, ha decidido desestimar el convenio de colaboración con el Ayuntamiento de Azkoitia que, al no ser una promoción de vivienda protegida al uso, recogía expresamente la posibilidad de dejar sin efecto el contrato en el caso de suponer pérdidas superiores a 100.000 euros para Visesa. Según argumenta, los principios rectores de la política de vivienda en Euskadi consideran que la adjudicación en propiedad de vivienda protegida ha de autofinanciarse, sin consumir recursos públicos, por lo que el proyecto es inviable para la sociedad pública.
La complejidad técnica del edificio, calificado como Bien Cultural con la categoría de Conjunto Monumental, ha hecho que la inversión inicial prevista se haya ido incrementando. Tras el desescombro, los trabajos de escaneado del edificio en 3D y el estado del muro interno ya mostraron que los cálculos iniciales eran excesivamente bajos. Durante estos meses, se han mantenido varias reuniones con el Departamento de Cultura y con la Dirección de Patrimonio del Gobierno Vasco y se han ido resolviendo los imprevistos, pero con el desestimiento del convenio de colaboración, Visesa ha puesto fin al largo trayecto realizado hasta el momento.
La Viceconsejería de Vivienda, el Departamento de Cultura del Gobierno Vasco y el Ayuntamiento acordaron en 2015 iniciar los trámites para llevar a cabo una operación de rehabilitación del edificio histórico. El Ayuntamiento comenzó una ronda de negociaciones con todos los propietarios que culminó con la cesión del edificio al Ayuntamiento, desbloqueando una situación totalmente estancada. Desde entonces se ha ido avanzando lenta pero ininterrumpidamente hasta el punto de llegar a sacar a licitación las obras por parte de Visesa.
El hecho de tener que volver a plantear el futuro de Idiakez Ederra es un duro varapalo para el Ayuntamiento para el que otorgar un destino social a un edificio histórico, oculto bajo un andamiaje desde el año 2009, era una opción más que satisfactoria y que ahora se ha visto truncada.
Javier Zubizarreta: “Este retroceso no nos hará parar”
En palabras del alcalde Javier Zubizarreta, “aunque duela, hay que entender lo sucedido en el marco de una gestión administrativa sujeta a números. La singularidad del edificio requiere una actuación de tal precisión que ha tirado por la borda todo el esfuerzo realizado hasta ahora. Se ha ido tirando y tirando del proyecto con la convicción de que se superarían todas las adversidades, pero al final, el compromiso de construir 16 VPO se ha convertido en resignación y es al Ayuntamiento a quien le toca volver a replantear el futuro de la Casa Idiakez como lo hizo en 2015 sabiendo que el camino iba a ser arduo y largo. Lo volveremos a hacer”.
Reconoce que es una importante pérdida, pero se muestra optimista. “Es verdad que teníamos unos plazos establecidos con entrega de llaves en 2023 y la esperanza fundada de ver desaparecer ese andamiaje que nos daña la vista, pero este retroceso no nos hará parar. Estamos ya trabajando en nuevas fórmulas y posibilidades para buscar una viabilidad”.